La obra de Waldemar Hernández
Después de todos los lenguajes plásticos y estilos que conocemos, Waldemar Hernández entra en una etapa donde sin dejar de hacer pintura-pintura introduce lo que pudieramos llamar un canto a la era de la tecnología moderna (la era espacial y del internet) donde junto a sus canvas tradicionales (pero de varias formas y tamaños) las conjuga con pequeños tubos de aluminio cromado, que le da nueva unión, dimensión e integración a la obra de arte que nos presenta, con técnica novedosa sin duda alguna, impartiendo vitalidad y armonía a composiciones que pareciendo frías en el diseño nos hablan de la poesía conque el artista sabe rodear esas áreas bien definidas, con colores planos y sabrosas texturas, que complementan su profesional trabajo.
Es una obra seria y bien pensada, trabajada con disciplina y cariño, donde el pintor explora conceptos inusitados y poco comunes, como cuando se quiere de verdad dejar para la posteridad una obra original que no ha dejado nada al azar. Es más, aseguro que todo ello es una valiosa e importante aportación a lo que pudieramos llamar "pintura-escultura" u "objeto pictórico" muy del siglo XXI, que no es poco decir.
Su obra por su alcance y significación desborda los límites de una concreta clasificación pero por su merito es algo único hoy en día en la plástica puertorriqueña, y si no, tiempo al tiempo!
Él nos transmite una visión nueva del mundo en que la Humanidad y su trabajo es su principal argumento. En la comunicación que establece el lenguaje de cada una de sus obras (que logra una gran unidad de estilo) se halla la explicación de la misma. Sus componentes repito: canvas, colores planos, tubos que conectan áreas, texturas y esos diseños de vanguardia, simples pero contundentes, nos declaran en qué momento histórico vivimos y la tecnología que nos rodea, y que también a veces nos agobia, que todo hay que decirlo.
Su entendimiento es fácil. Las ventanas de belleza que nos brinda son esperanza de optimismo, donde dejando atrás lo clásico, lo barroco, el impresionismo , etc. y nos adentramos en el siglo del futuro, nuestro siglo, que hay que valorar y disfrutar.
Felicitamos a Waldemar por su osadía y su valor. Estamos ante un gran artista, sincero y firme, que nos proporciona una visión real del mundo contemporáneo y del futuro, de la vida, de la libertad…. y de la técnica!
Antonio J. Molina
Crítico de Arte, AICA